La menstruación en la época victoriana

Hola mis queridas lectoras (Mis Astros Bellos). Sois muchas las que me preguntáis, en mis historias, cómo enfrentaban las mujeres la menstruación en la época victoriana. Y he decidido escribiros un pequeño resumen de lo que yo he podido esbrinar al respecto. Espero que os resulte interesante. Y… ¡Empezamos!

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¿Qué opinaba la sociedad?

A principios de 1800 había doctores que afirmaban que durante el período menstrual muchas mujeres podían perder sangre por la nariz, los pulmones e incluso el ombligo. ¿Casi como un colador? Eso provocaba que muchos hombres observaran con asco este asunto y, claro, no era de extrañar dado que los datos que tenían sobre él resultaban grotescos para cualquiera. Pero, una vez más, era una forma de «mitificar» algo tan normal como la menstruación y de «victimizar y debilitar» la figura femenina.

Por supuesto, era considerada como una enfermedad muy grave que provocaba locura. ¿Era una forma sutil de llamarnos locas a todas? Yo creo que sí. Eso hacía que nuestra opinión siempre fuera menospreciada y que nuestros actos fueran vistos como propios de «las mujeres». Un argumento que usaban para prohibirnos estudiar, votar o ejercer cualquier profesión cualificada.

Durante la menstruación éramos casi consideradas animales. Seres irracionales que chirriábamos, gritábamos y gruñíamos. Aunque lo combinábamos con lloros, suspiros y melancolías injustificadas. Unas trastronadas, ¿verdad? Irracionales.

De hecho, en el hospital psiquiátrico de Bethlem ( que ya conocistéis en la historia de la Verdad de Margaret Trudis) ingresaron unas 80 pacientes debido a este trastorno «psíquico». Y usaban la sedación, agua fría y opio para mantener estable a la mujer. Incluso no las dejaban dormir. Y otras torturas varias… Que dejo a vuestra imaginación.

¿Qué medidas de higiene usaban?

Usaban toallas dobladas, paños, esponjas de mar y demás productos que fueran capaces de absorber el flujo. Aunque, hay que decir, que a veces no usaban nada de nada y manchaban la ropa. No pasaba nada porque llevaban capas y capas de enaguas y faldas como para cubrir cualquier mancha. Lo único que hacían para no exponer su condición sobre los tobillos, era poner una servilleta o una enagua más doble de lo habitual.

Afortunadamente, a finales del s.XIX se dieron cuenta de que no era nada higiénico manchar la ropa y se inventaron unos cinturones que contenían compresas lavables.

Una cosa que me ha sorprendido mucho particularmente ha sido descubrir que los tampones también se inventaron en esa época. Eran bolitas de algodón o de lino atadas con un hilo grueso que tenía la misma función que el hilito de los tampones actuales, extraerlo. No fueron muy usados por miedo a irritar las partes íntimas o por motivos «religiosos».

En 1888 llegan las primeras compresas deshechables. ¡Por fin! Se llamaban «Kotex».

Conclusión

Mis Astros Bellos, no sé qué pensaréis sobre el tema. Me gustaría que me dejaráis vuestra opinión en los comentarios, ¿qué hubieráis hecho vosotras en esa época? A mí particularmente creo que no me hubiera costado usar las toallas porque al fin y al cabo en cuanto están sucias pueden lavarse. ¡Pero nunca se me hubiera ocurrido ir sin nada! (Creo… claro que eran otros tiempos y es fácil hablar desde el s.XXI). Lo que más me ha molestado, como siempre, era la forma en que los hombres alimentaban los prejuicios acerca de la menstruación para tener un «argumento» más con el que descalificarnos y tacharnos de irracionales.

15 respuestas a «La menstruación en la época victoriana»

Los hombres siempre lo que nos han tenido es miedo y nunca lo han querido reconocer, somos unos enigmas para ellos, ya que podemos ser más fuertes que ellos pareciendo la flor más frágil…

Me ha encantado el texto. No tenía idea sobre este tema en esa época y sinceramente me ha sorprendido mucho. La menstruación siempre ha sido utilizada como moneda de debilidad y desprecio e incluso en nuestros tiempos aún no está del todo normalizada y también siguen los típicos comentarios machistas como: “déjala, debe tener la regla”. En fin, muchas gracias por ilustrarnos en este asunto y aportar datos tan curiosos.

Muchas gracias, realmente es un tema del que se desconoce bastante debido al mismo tabú que lo envuelve. Y sí, es verdad. Seguimos escuchando esta clase de comentarios tan desagradables… ¡Tenemos mucho que avanzar todavía! Gracias por comentar.

Realmente desastroso, triste y humillante. Igualmente toda mujer que impone su caracter es llamada loca y todavía hay hombres que dicen con sorna » esta en esos días». Como si no fuera necesario para la ovulación y la procreación que en ese entonces tanto ansiaban. Por supuesto herederos hombres para continuar con su linaje.

Exactamente, era una situación de completo desagradecimiento e injusticia. Y, como bien dices, lastimosamente seguimos oyendo comentarios que nos recuerdan a esa época. Muchas gracias por tu comentario.

Gracias por la información que nos brinda, es bueno saber cómo era vista la menstruación en esa época, aunque ya creo que a pasar que ha pasado mucho tiempo para algunas culturas sigue siendo un tema tabú

La menstruación no es asunto que hoy todavía se le dé la importancia que tiene, ya se sigue denigrando y es motivo de chiste, para unas es sencillo estos días del mes para otras no tanto

Es increíble ver qué el pensamiento es casi el mismo ,se sigue menospreciando a la mujer y se ridiculiza para obtener un sitio más alto ,aún así estoy feliz de ser mujer 😃 gracias por tus escritos ,de verdad no sabes cómo han influido en mi vida

mi abuela me dice siempre que en su época (s.XX) a ellas no la dejaban salir de un cuarto y tampoco bañarse, solo las dejaban lavarse sus partes… en opinión personal creo que yo no podría vivir en esa época porque primero yo sería tipo karen jajaja y segundo en mis dias yo me baño como tres veces al día y no podría estar con ropa manchada, noo nunca, pero el ser humano se adapta.

Es cierto. No hace tantos años también se creía que no debíamos bañarnos en esos días… Incluso se lo oí a mi madre alguna vez. Por suerte nunca le hice caso en ese sentido. ¡Un saludo!

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